Cuando la cuarentena termine…
Aquí estoy, esperando
encontrar inspiración en música electrónica, luego pienso que no me inspira escuchar
un montón de sonidos sin sentido, y recuerdo que, así como los escuchaba antes,
sin sentido, movía mi cuerpo. Y lo disfrutaba.
Luego pienso que
mejor escucho Sanz, Alejandro obvio, pero voy a entrar en un contexto un poco
melancólico, entonces decido que ni Sanz ni la electrónica. O quizás la
electrónica si me inspire un poco.
Entonces aquí me
hallo, inspirada. Según.
Justo hoy, ocho de
mayo del dos mil veinte. Cuando nací hace veintiocho años atrás. Pienso en las mil
cosas que haré, diré y viviré cuando la cuarentena termine. Y todo lo que he
aprendido estando encerrada tanto tiempo.
Lo primero que haré será
gritar, lo he pensado muchísimas veces. Y en serio es importante que cuando
todo pase, gritemos. Grita muy duro que se terminó esta mierda de encierro al
fin.
Lo segundo que haré inmediatamente
después de gritar, será llorar. De alegría por supuesto. He llorado muchas
veces de tristeza, merezco llorar de alegría. Lo merecemos.
Lo tercero que haré
será darle gracias a Dios, o en quien crean. No importa. Si son ateos, omitan
este paso.
Lo cuarto que haré
será abrazar a todo aquel que vive en mi casa, mi familia, obvio. La verdad es
que normalmente no pasamos abrazados, antes de estar en cuarentena, pero
extraño los pocos abrazos y muestras de afecto que nos dábamos. Es importante
abrazar.
Lo quinto que haré
será salir y correr, no se imaginan la nostalgia que siento. Tengo 9 sobrinos,
pero 5 de ellos viven conmigo. Llevamos dos meses sin ir al parque. Sin ir al
cine mucho más. Sólo 4 paredes. Y pienso que la vida es un poco injusta, pero
las cosas suceden por algo.
Lo sexto que haré
será viajar. Un viaje familiar no faltará, jamás volverá a faltar un día en que
la familia esté unida. Y también un viaje con mis amigos. Los extraño tanto.
Lo séptimo que haré será
amar más. Todos merecemos amor. Todos merecemos ser amados.
Lo octavo que haré
será trabajar duro. Por mis ideales, siempre enfocada en mis metas. Siempre dando
lo mejor de mí. Sin negatividad y con mucho optimismo, dale. Saldremos adelante.
Lo noveno que haré
será terminar mis putos estudios. Omitan si ya son profesionales, o estudien ya
esa maestría en la que están pensando. Recuerden que casi se extingue el mundo.
Aun no sé.
Por último, y debo
pensar bien que haré. Porque es importante el décimo paso. Sinceramente no lo
sé, todo esto es una mierda. Me estoy volviendo loca encerrada. Que pasará mañana o pasado, no sé. Quiero que
esto termine pronto. Extraño trabajar, ir a la u, ir al cine, a la playa, a la
casa de mis amigos, a mi bar favorito, al parque con mis chiquitos, beber hasta
las patas, reírme de absolutamente todo, sin drogas, obvio. Extraño todo y nada.
Porque todo es monótono y nada es sin plata. Broma.
La única experiencia que
me deja esta cuarentena por culpa de este puto virus, es que si pasas dos meses
encerrado entre cuatro paredes, te puedes volver loco, te vas a estresar tanto,
tanto que se te va a caer el cabello a montones, querrás raparte, comerás de
más y engordarás. En mi caso precisamente, la sangre mala de mi cuerpo dejó de
bajar y fluir por mi vagina, por dos largos y terribles meses, junto a todo lo demás.
Chau.
EliC.
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